En los últimos años, la ciberseguridad se ha convertido en una de las principales preocupaciones de las empresas de todos los tamaños. Los ataques informáticos, el robo de datos sensibles y las estafas digitales ya no son un problema exclusivo de grandes corporaciones: las pequeñas y medianas empresas también se han transformado en blanco frecuente de los ciberdelincuentes.

Frente a este escenario, las aseguradoras comenzaron a ofrecer un nuevo producto: las pólizas de ciberseguridad o seguros contra ciberataques. Estos planes están diseñados para cubrir las pérdidas económicas y los daños derivados de incidentes como el secuestro de información (ransomware), las filtraciones de datos o la interrupción de servicios digitales.
El mercado de los seguros cibernéticos viene creciendo de manera exponencial. Según estudios internacionales, en los últimos tres años la contratación de pólizas en esta área se ha duplicado, impulsada por la digitalización de procesos, el teletrabajo y la necesidad de garantizar la protección de datos frente a regulaciones cada vez más estrictas.

Para una empresa, contratar este tipo de seguro no solo implica un respaldo financiero en caso de ataque, sino también un valor agregado: muchas aseguradoras incluyen servicios preventivos, auditorías de ciberseguridad, capacitación al personal y asistencia técnica especializada en caso de sufrir un incidente.
Contar con una póliza de ciberseguridad se está transformando en una inversión estratégica, del mismo modo que lo es asegurar una flota de vehículos o las instalaciones físicas de la compañía. En un entorno donde la información es el activo más valioso, no estar protegido puede significar pérdidas millonarias, daño a la reputación y pérdida de confianza por parte de los clientes.

En conclusión, la tendencia es clara: cada vez más empresas entienden que la ciberseguridad y los seguros cibernéticos no son un lujo, sino una necesidad. Invertir en este tipo de protección hoy, puede marcar la diferencia entre recuperarse rápidamente de un ataque o enfrentar consecuencias irreparables.