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Las computadoras dejarán de ser programadas y comenzarán a ser entrenadas

Durante décadas, programar una computadora implicaba escribir instrucciones precisas: línea por línea, los desarrolladores detallaban exactamente qué debía hacer la máquina. Pero un cambio silencioso y revolucionario se está gestando: las computadoras están dejando de ser programadas para comenzar a ser entrenadas.

Tradicionalmente, los sistemas informáticos dependían de lenguajes como Java, C++ o Python, con instrucciones claras y predefinidas. Si el entorno cambiaba, era necesario modificar el código y volver a escribir reglas. Hoy, gracias a la inteligencia artificial (IA) y al aprendizaje automático, el paradigma es otro. Ahora, las computadoras aprenden a partir de ejemplos. En vez de darles reglas exactas, los ingenieros les suministran grandes cantidades de datos para que detecten patrones por sí solas. 

¿Cómo se entrena una computadora?

Un ejemplo sencillo: antes, para que una computadora reconociera imágenes de gatos, los programadores debían definir características específicas (“orejas puntiagudas”, “bigotes”, etc.). Ahora, basta con mostrarle miles de imágenes de gatos y otras que no lo son. El sistema analiza los datos y aprende a diferenciar por sí mismo, sin intervención directa. 
Implicancias del cambio

Mayor adaptabilidad: Los sistemas entrenados pueden reconocer patrones y adaptarse a situaciones nuevas. Mejoras en tareas complejas: La traducción automática, el reconocimiento de voz o la conducción autónoma se han perfeccionado gracias a este enfoque.

Nuevos desafíos: El entrenamiento requiere grandes volúmenes de datos y plantea interrogantes sobre la ética y el control de la información.

¿El fin de los programadores?

Lejos de desaparecer, el rol del programador evoluciona. Ahora, muchos expertos trabajan como “entrenadores” de sistemas de IA, seleccionando datos, diseñando modelos de aprendizaje y supervisando los resultados para evitar sesgos o errores. 
El camino acelerado de la tecnología, hace que miremos a un futuro entrenado, no programado. Desde asistentes virtuales hasta diagnósticos médicos, la inteligencia artificial entrenada ya está presente en la vida cotidiana. El desafío será garantizar que aprendan de manera justa y transparente. En definitiva, la transición de la programación al entrenamiento representa un nuevo capítulo en la relación entre humanos y tecnología. Enseñar a las máquinas a partir de datos es, quizás, el mayor paso hacia adelante en la historia reciente de la computación.